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Tipo: otro
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Artículo 23

Principios rectores para empresas estatales: Eficiencia, transparencia, integridad y generación de valor

Toda empresa u organismo con participación estatal total o mayoritaria deberá respetar los siguientes principios rectores: a) Eficiencia: utilizar eficientemente los recursos propios y los que reciba de las partidas presupuestarias; b) Transparencia: adoptar un rol activo en la publicación vinculada a su desempeño, adoptando las mejores prácticas de transparencia con sus accionistas y con la ciudadanía; c) Integridad: adoptar y cumplir con las políticas destinadas a prevenir y castigar la corrupción y el fraude, y desarrollar procesos destinados a garantizar la gestión transparente e íntegra de los recursos; d) Generación de valor: maximizar el impacto de las empresas en la economía, generando valor económico y social a lo largo de toda la cadena del negocio; e) Roles diferenciados: mantener por parte de los órganos de administración y de gobierno, de la independencia respecto de los funcionarios públicos en su rol de formuladores de políticas públicas y como regulador de la calidad de los servicios prestados por la sociedad; f) Controles eficientes: diseñar un sistema de auditoría y control que vigilen el cumplimiento de normas y legislación vigente pero que también cuenten con una arquitectura de control destinada a identificar y evaluar riesgos críticos y el impacto de las políticas corporativas. CAPÍTULO III Procedimiento administrativo

¿Qué significa?

a. Introducción y Conceptos Clave

El Artículo 23 de esta ley, que podríamos titular "Principios Rectores para Empresas Estatales", establece las reglas básicas de buen comportamiento que deben seguir todas las empresas u organismos en los que el Estado tenga una participación mayoritaria (es decir, que posea más del 50% de las acciones o votos). Imaginemos que el Estado es como un socio mayoritario en un negocio, y este artículo establece las reglas para que ese negocio se maneje de forma transparente, eficiente y responsable.

b. Explicación Detallada

El artículo enumera seis principios rectores que funcionan como los pilares de la gestión de estas empresas: Eficiencia: Se refiere a utilizar los recursos, tanto propios como los que provienen del presupuesto nacional (dinero de los impuestos), de la mejor manera posible, evitando gastos innecesarios y buscando el máximo rendimiento. Es como administrar un hogar: hay que hacer rendir el dinero y evitar gastos superfluos. Transparencia: Obliga a estas empresas a ser como un libro abierto, mostrando claramente cómo funcionan, en qué se gasta el dinero y cuáles son sus resultados. Deben publicar información relevante sobre su desempeño de forma accesible para sus accionistas (el Estado, en este caso) y para la ciudadanía en general. Integridad: Implica actuar con honestidad y ética en todos los ámbitos de la empresa, combatiendo la corrupción y el fraude. Para ello, deben establecer políticas claras para prevenir y sancionar estas prácticas, asegurando un manejo transparente de los recursos. Es como tener un código de ética que todos deben respetar. Generación de valor: Se busca que estas empresas no solo sean rentables económicamente, sino que también aporten un beneficio a la sociedad en general. Deben generar empleo, ofrecer bienes y servicios de calidad, cuidar el medio ambiente, entre otros aspectos. Roles diferenciados: Es fundamental que exista una separación clara entre quienes toman decisiones en la empresa (administración) y quienes diseñan las políticas públicas (funcionarios del gobierno). Se busca evitar conflictos de interés y asegurar la independencia en la gestión de la empresa. Controles eficientes: Se deben establecer mecanismos de control interno y externo para asegurar que se cumplan las normas, se prevengan riesgos y se evalúe el impacto de las decisiones. Es como tener un sistema de alarmas que detecte cualquier irregularidad.

c. Ejemplos Ilustrativos

Para entender mejor estos principios, imaginemos una empresa estatal que produce energía eléctrica: Eficiencia: Debería buscar generar energía al menor costo posible, utilizando tecnologías eficientes y evitando pérdidas en la distribución. Transparencia: Debería publicar sus estados financieros, los contratos con proveedores, los costos de producción y los precios de venta de la energía. Integridad: Debería implementar mecanismos para prevenir la corrupción en la adjudicación de contratos o en la compra de insumos. Generación de valor: Además de brindar un servicio esencial como la energía, podría invertir en energías renovables, generar empleo local o apoyar proyectos sociales en las comunidades donde opera. Roles diferenciados: El director de la empresa no debería responder a presiones políticas para favorecer a ciertos sectores o tomar decisiones que perjudiquen la rentabilidad de la empresa. Controles eficientes: Debería contar con auditorías internas y externas para verificar que se cumplan las normas de seguridad, se utilice eficientemente el dinero y se tomen medidas para proteger el medio ambiente.
¿Cuáles son las consecuencias?

a. Consecuencias Positivas

Mayor transparencia y control ciudadano: Al establecer la obligatoriedad de estos principios, se busca que las empresas estatales sean más transparentes en su gestión, lo que permitiría un mayor control ciudadano y una reducción de la corrupción. Mejor administración de los recursos públicos: La aplicación de estos principios podría conducir a una gestión más eficiente de las empresas estatales, optimizando el uso de los recursos públicos y mejorando la calidad de los servicios que prestan. Mayor competitividad y desarrollo económico: Al promover la eficiencia y la generación de valor, se busca que las empresas estatales sean más competitivas, contribuyendo al desarrollo económico del país.

b. Consecuencias Negativas

Dificultad en la implementación: La aplicación de estos principios puede ser compleja y requerir de un cambio cultural profundo en la gestión de las empresas estatales, lo que podría generar resistencia al cambio. Exceso de burocracia: La implementación de mecanismos de control más estrictos podría derivar en un exceso de burocracia, lo que podría afectar la agilidad y eficiencia de las empresas. Interpretación subjetiva: La definición de algunos principios, como "generación de valor" o "roles diferenciados", puede ser subjetiva, lo que podría generar diferentes interpretaciones y dificultar su aplicación uniforme.

a. Consecuencias Positivas

La aplicación rigurosa de los principios rectores del Artículo 23 puede tener diversas consecuencias positivas tanto para las empresas estatales como para la sociedad en general. Mayor eficiencia y rentabilidad: Al promover el uso responsable de los recursos y la búsqueda de la eficiencia, las empresas estatales podrían optimizar su gestión y obtener mejores resultados económicos. Esto podría traducirse en mayores beneficios para el Estado, permitiendo reinvertir en áreas prioritarias o reducir la carga impositiva sobre los ciudadanos. Mejora en la calidad de los servicios: Al buscar la generación de valor social y económico, las empresas estatales estarían más orientadas a satisfacer las necesidades de la ciudadanía. Esto se reflejaría en una mayor calidad en los servicios que prestan, ya sea en términos de acceso, eficiencia, atención al cliente, entre otros. Prevención de la corrupción: La transparencia, la rendición de cuentas y los mecanismos de control eficientes actuarían como barreras contra la corrupción. Esto contribuiría a una gestión más ética y transparente de las empresas estatales, fortaleciendo la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas. Mayor participación ciudadana: Al promover la transparencia y el acceso a la información pública, se facilitaría la participación ciudadana en el control y seguimiento de la gestión de las empresas estatales. Esto permitiría a la sociedad involucrarse en la toma de decisiones que afectan sus intereses y exigir la rendición de cuentas por parte de las autoridades. Atracción de inversiones: La aplicación de estos principios podría fortalecer la imagen de las empresas estatales ante posibles inversionistas, tanto nacionales como extranjeros. Una gestión transparente, eficiente y ética contribuiría a generar confianza y atraer capitales para proyectos de desarrollo.

b. Consecuencias Negativas

Si bien la intención del Artículo 23 es positiva, su aplicación también podría acarrear algunos desafíos y consecuencias negativas si no se implementa de forma adecuada. Resistencia al cambio: La implementación de estos principios podría encontrar resistencia por parte de algunos sectores dentro de las empresas estatales. El cambio cultural que implican la transparencia, la rendición de cuentas y los mecanismos de control podrían ser percibidos como una amenaza por parte de quienes se benefician del statu quo o temen perder privilegios. Costos de implementación: Establecer sistemas de control interno, mecanismos de transparencia y procesos de auditoría eficientes requiere de recursos económicos y humanos. La implementación de estos cambios podría generar costos adicionales para las empresas estatales, al menos en el corto plazo. Burocratización excesiva: Si la aplicación de los principios rectores no se realiza de forma flexible y adaptada a la realidad de cada empresa, podría derivar en una burocratización excesiva de los procesos. Esto podría afectar la agilidad y eficiencia en la toma de decisiones, perjudicando la operatividad de las empresas. Interpretación subjetiva: Algunos de los principios, como la "generación de valor" o los "roles diferenciados", pueden estar sujetos a diferentes interpretaciones. Esto podría generar confusiones o incluso ser utilizado para justificar decisiones discrecionales que no necesariamente beneficien el interés público. Es fundamental que la implementación del Artículo 23 esté acompañada de un proceso de capacitación y sensibilización a todos los niveles de las empresas estatales.