El artículo 2000 del Código Civil y Comercial, modificado por el artículo 391 de la Ley "Ómnibus", regula la suspensión de la partición de bienes comunes entre condóminos. La partición es el acto jurídico por el cual se divide un bien común entre sus propietarios, poniendo fin al estado de comunidad.

La suspensión de la partición permite a los condóminos mantener la propiedad común de un bien durante un tiempo determinado, sin necesidad de proceder a su división. Esto puede ser útil en diversas situaciones, como cuando los condóminos no están de acuerdo sobre la forma de dividir el bien, cuando existen disputas legales pendientes o cuando simplemente no desean dividir el bien en ese momento.

El artículo 2000 establece que los condóminos pueden convenir suspender la partición. Esta convención puede ser expresa o tácita, y puede celebrarse por un plazo determinado o indeterminado. Si la convención no fija plazo o tiene un plazo incierto, se considera celebrada por diez años.

Durante el período de suspensión de la partición, los condóminos siguen siendo propietarios comunes del bien, pero no pueden disponer de él sin el consentimiento de todos los demás condóminos. Tampoco pueden realizar mejoras en el bien sin el consentimiento de todos los demás condóminos.

La suspensión de la partición puede ser prorrogada por acuerdo de todos los condóminos. Si no se llega a un acuerdo, cualquiera de los condóminos puede solicitar la partición del bien.

Imaginemos una situación en la que dos hermanos heredan una casa de sus padres. Los hermanos no están de acuerdo sobre la forma de dividir la casa, y deciden suspender la partición durante cinco años. Durante este tiempo, los hermanos siguen siendo propietarios comunes de la casa, pero no pueden venderla ni realizar mejoras en ella sin el consentimiento del otro hermano.

Después de cinco años, los hermanos pueden decidir prorrogar la suspensión de la partición por otros cinco años, o pueden proceder a dividir la casa. Si no llegan a un acuerdo, cualquiera de los hermanos puede solicitar la partición de la casa.

La suspensión de la partición puede tener una serie de consecuencias positivas, entre ellas:

·Permite a los condóminos mantener la propiedad común de un bien durante un tiempo determinado, sin necesidad de proceder a su división. Esto es útil en diversas situaciones, como cuando los condóminos no están de acuerdo sobre la forma de dividir el bien o cuando hay disputas legales pendientes.

·La suspensión de la partición puede ayudar a evitar conflictos y disputas entre los condóminos, ya que permite mantener el estado de comunidad durante un tiempo determinado.

·La suspensión de la partición puede proteger los intereses económicos de los condóminos, ya que evita que el bien se divida en partes más pequeñas, lo que podría disminuir su valor.

A pesar de los anteriores beneficios expuestos, la suspensión de la partición también tiene varias desventajas:

·Si uno de los condóminos desea disponer del bien, no puede hacerlo sin el consentimiento de los demás condóminos. Esto puede dificultar la venta u otras transacciones relacionadas con el bien.

·La suspensión de la partición puede impedir que los condóminos realicen mejoras en el bien, ya que necesitan el consentimiento de todos los demás condóminos para hacerlo. Esto puede dificultar el mantenimiento adecuado del bien.

·La suspensión de la partición puede generar conflictos y disputas si los condóminos no están de acuerdo sobre cómo utilizar o administrar el bien, o si hay disputas legales pendientes relacionadas con el bien.