El artículo 628 de la Ley "Ómnibus" incorpora un nuevo artículo, el 20 bis, a la Ley Nº 24.449, que regula el tránsito y la seguridad vial en Argentina. Este nuevo artículo autoriza la conducción por parte de sistemas autónomos para vehículos autodirigidos, tanto particulares como de pasajeros o de carga.

Esta incorporación supone un cambio significativo en la legislación argentina, ya que hasta ahora no se permitía la circulación de vehículos autodirigidos en el país. La autorización de estos vehículos plantea una serie de cuestiones legales y éticas que deberán ser abordadas en el futuro, como la responsabilidad en caso de accidente o la protección de los datos personales de los pasajeros.

El artículo 20 bis consta de dos párrafos. El primero establece que "se autoriza en la REPÚBLICA ARGENTINA la conducción por parte de sistemas autónomos para vehículos autodirigidos sean estos particulares, de pasajeros o de carga". Esto significa que los vehículos autodirigidos podrán circular por las calles y carreteras argentinas, siempre que cumplan con los requisitos técnicos y de seguridad establecidos por la ley.

El segundo párrafo establece que "el Ministerio de Transporte de la Nación reglamentará las condiciones de circulación de los vehículos autodirigidos, en coordinación con los organismos nacionales y provinciales competentes". Esto significa que el Ministerio de Transporte será el encargado de establecer las normas técnicas y de seguridad que deberán cumplir los vehículos autodirigidos para poder circular en Argentina.

Para entender mejor el alcance de este artículo, podemos imaginar algunos ejemplos de cómo podrían utilizarse los vehículos autodirigidos en Argentina. Por ejemplo, podrían utilizarse para transportar pasajeros en taxis o autobuses, para entregar mercancías o para realizar tareas de vigilancia. También podrían utilizarse para transportar personas con discapacidad o para ayudar a las personas mayores a desplazarse.

En el futuro, los vehículos autodirigidos podrían tener un impacto significativo en la movilidad urbana. Podrían ayudar a reducir la congestión del tráfico, mejorar la seguridad vial y hacer que el transporte público sea más eficiente. Sin embargo, también plantean una serie de cuestiones legales y éticas que deberán ser abordadas en el futuro.

La autorización de los vehículos autodirigidos en Argentina podría tener una serie de consecuencias positivas. En primer lugar, podría ayudar a reducir la congestión del tráfico. Los vehículos autodirigidos pueden comunicarse entre sí y con la infraestructura vial, lo que les permite coordinar sus movimientos y evitar los atascos. Esto podría hacer que el tráfico sea más fluido y eficiente, y reducir los tiempos de desplazamiento.

En segundo lugar, la autorización de los vehículos autodirigidos podría mejorar la seguridad vial. Los vehículos autodirigidos están equipados con una serie de sensores y cámaras que les permiten detectar obstáculos y peligros en la carretera. Esto les permite reaccionar más rápidamente que los conductores humanos y evitar accidentes. Además, los vehículos autodirigidos no se cansan ni se distraen, lo que también contribuye a mejorar la seguridad vial.

En tercer lugar, la autorización de los vehículos autodirigidos podría hacer que el transporte público sea más eficiente. Los vehículos autodirigidos podrían utilizarse para crear sistemas de transporte público más flexibles y eficientes. Por ejemplo, podrían utilizarse para crear redes de autobuses o taxis que se adapten a la demanda en tiempo real. Esto podría hacer que el transporte público sea más atractivo para los usuarios y reducir el uso de vehículos privados.

La autorización de los vehículos autodirigidos en Argentina también podría tener una serie de consecuencias negativas. En primer lugar, podría provocar la pérdida de empleos. Los vehículos autodirigidos podrían sustituir a los conductores humanos en una serie de tareas, como el transporte de pasajeros o de mercancías. Esto podría provocar la pérdida de empleos para muchas personas que actualmente trabajan en el sector del transporte.

En segundo lugar, la autorización de los vehículos autodirigidos podría plantear problemas de seguridad. Aunque los vehículos autodirigidos están diseñados para ser seguros, siempre existe la posibilidad de que se produzcan accidentes. En caso de accidente, no está claro quién sería el responsable, el fabricante del vehículo, el propietario del vehículo o el pasajero. Esto podría dar lugar a una serie de disputas legales y a la necesidad de crear un nuevo marco regulatorio para los vehículos autodirigidos.

En tercer lugar, la autorización de los vehículos autodirigidos podría plantear problemas de privacidad. Los vehículos autodirigidos recogen una gran cantidad de datos sobre sus pasajeros y sobre el entorno en el que se mueven. Estos datos podrían utilizarse para crear perfiles de los usuarios y para rastrear sus movimientos. Esto podría plantear problemas de privacidad y seguridad para los usuarios de los vehículos autodirigidos.