El artículo 398 de la Ley "Ómnibus" deroga el artículo 2333 del Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Este artículo establecía que las disposiciones del Título sobre sucesiones se aplicaban en toda sucesión en la que hay más de un heredero, desde la muerte del causante hasta la partición, si no hay administrador designado.

La derogación del artículo 2333 significa que las disposiciones del Título sobre sucesiones ya no se aplicarán en los casos en que haya más de un heredero y no haya administrador designado. Esto significa que, en estos casos, las partes deberán regirse por las normas generales del Código Civil y Comercial.

Por ejemplo, si dos hermanos heredan una propiedad de sus padres y no designan un administrador, deberán ponerse de acuerdo sobre cómo administrar y dividir la propiedad. Si no pueden llegar a un acuerdo, podrán acudir a un juez para que resuelva el conflicto.

Supongamos que Juan y María son hermanos y heredan una casa de sus padres. Si no designan un administrador, deberán ponerse de acuerdo sobre cómo administrar y dividir la casa. Si no pueden llegar a un acuerdo, podrán acudir a un juez para que resuelva el conflicto.

El juez podría decidir dividir la casa en dos partes iguales, o podría ordenar que se venda la casa y que el dinero se divida entre Juan y María.

La derogación del artículo 2333 del Código Civil y Comercial podría tener algunas consecuencias positivas:

* Mayor libertad para las partes: Al derogar el artículo, se otorga mayor libertad a las partes para acordar cómo administrar y dividir los bienes hereditarios. Esto podría evitar conflictos entre los herederos y facilitar el proceso sucesorio.
* Simplificación del proceso sucesorio: La derogación del artículo también podría simplificar el proceso sucesorio, ya que ya no será necesario designar un administrador en todos los casos en que haya más de un heredero. Esto podría ahorrar tiempo y dinero a las partes.

Sin embargo, la derogación del artículo 2333 también podría tener algunas consecuencias negativas:

* Incertidumbre jurídica: Al derogar el artículo, se crea cierta incertidumbre jurídica, ya que ya no existe una norma clara que establezca cómo se aplicarán las disposiciones del Título sobre sucesiones en los casos en que haya más de un heredero y no haya administrador designado. Esto podría generar conflictos entre las partes y dificultar el proceso sucesorio.
* Mayor riesgo de conflictos: Al otorgar mayor libertad a las partes para acordar cómo administrar y dividir los bienes hereditarios, también se aumenta el riesgo de que surjan conflictos entre los herederos. Esto podría deberse a que las partes no puedan ponerse de acuerdo sobre cómo dividir los bienes o porque alguno de los herederos sienta que está siendo tratado injustamente.